«Lotoman 003: volando bajito», un agente menos secreto
SANTO DOMINGO.- Para afirmar si dentro del cine dominicano de comedia hemos avanzado, tendría que analizar si las propuestas que se han manifestado en los últimos cinco años, denotan poco entusiasmo para debatir algunos aspectos de hacia dónde queremos llegar dentro del género.
Independiente de los éxitos o fracasos que se hayan tenido, el cine de comedia dominicano necesita reafirmarse en mejores bases estructurales y argumentales.
Una clave sería apartarse de las ridículas copias del cine norteamericano y empezar a buscar inspiraciones con lo que realmente nos identifica como dominicanos.
La hoy exitosa trilogía de Lotoman, producto particular en el cinema dominicano, tiene su valor formal en el trabajo de Miguel Céspedes y Raymond Pozo y no en el relato que ha sustentado estas tres producciones.
Si se estudia lo que ha sucedido en el devenir de la historia misma, tengo que demostrar que su periplo ha sido admitido con una sola fórmula argumental, la que se justificó cuando Modesto y Manuel se convirtieron en millonarios gracias a juego de la loto.
Este hecho les proporcionó un cambio radical en sus vidas que quedó modificado cuando, en su segunda parte, gastaron la fortuna para salvarle la vida a Mamá Susana. Situación que planteó una moraleja familiar donde el dinero no lo era todo, aunque si servía para solventar algunas cuestiones materiales.
La tercera parte da un giro más estrambótico e intenta construir un cuadro que rebasa los límites de su propia fórmula, convirtiéndola en una sobrecargada narración que no alcanza a superar la modestia de su primera entrega.
Ese es el fallo de las continuaciones narrativas en el cine, tener que superar a las anteriores. Y en ese intento muchas debilidades se ponen de manifiesto.
En esta tercera parte de la historia de Lotoman, Manuel y Modesto aceptan una propuesta que le propone un comando especial de la policía y al hacerlo, se involucran en el mundo de los agentes secretos.
Archie López recurre a todos los recursos que caracterizan este tipo de películas, sustentándose en la más emblemática serie del género: James Bond. De esta manera construye un panorama contextualizando algunos aspectos, pero reduciendo su originalidad sin importar que tanto funcione o no.
Su factura técnica, más depurada que las dos anteriores, no está al servicio de un mejor ofrecimiento argumental, muchos aspectos narrativos se dejan al azar, sin tener un control real de las situaciones.
Dentro del conjunto actoral sigo apoyando la gracia de Raymond y Miguel, pues están en el terreno natural de ambos y ahora Fausto Mata que intenta equilibrar su presencia para atraer hacia él parte del público.
Insisto en que, el género más exitoso en el cinema dominicano, debe seguir mejorando, seguir aportando para lograr mejores resultados. Esto será una tarea difícil, aunque no imposible, donde todos los involucrados en hacer cine en el país deben tomar en cuenta.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
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