“Tubérculo Gourmet”, humor y sazón dominicano
SANTO DOMINGO.- El trabajo de Archie López de continuar con la dupla de Raymond Pozo y Miguel Cépedes, ha sido la más exitosa fórmula en sus comedias. Solo hay que analizar la trilogía de “Lotoman”, para darse cuenta de que ha encontrado una veta privilegiada para hacer humor en el cine dominicano.
Ahora se vale nuevamente de estos dos humoristas para sacar el mejor partido a una historia que combina varios elementos étnicos y de idiosincrasia dominicana que se distribuyen en toda su narrativa.
Tubérculo y Tirson, dos personajes creados por Raymond y Miguel para su programa televisivo, han cruzado al terreno cinematográfico para posicionarse dentro de aquellos protagonistas que han trascendido el litoral, teniendo a Balbuena como el mejor ejemplo.
La historia construida por Miguel Céspedes, Archie López, Raymond Pozo y Víctor Reyes, se sostiene gracias al empuje que le proporcionan sus protagonistas principales quienes se focalizan en la idiosincrasia rural para esparcir, en el mismo relato, ingredientes de identidad nacional.
La cuerda donde se sostiene este relato parte de la enemistad abrupta de Tubérculo y Tirson, por un mal entendido que trasciende veinte años, y donde la vida los coloca en circunstancias donde tendrán que dirimir sus diferencias.
Dentro de este cuadro están los hijos de ambos quienes llegan a compenetrarse románticamente complicando aún más la situación de ambas familias.
La exageración es la clave para producir el humor y la garantía de una risa sin esfuerzo. Para esto Raymond, en su personaje de Tubérculo, difunde todo su repertorio humorístico que va en la dirección que él mismo decide por su excedida predilección por la comida típica dominicana.
Auxiliado por Miguel Céspedes como Tirson quien le da un calor humorístico complementario. Los demás actores y actrices como Cheddy García, Paula Disla, Yaritza Reyes, Loraida Bobadilla, Raymond Pozo Jr., Starling Aquino, Steven Domsan y Tony Pascual, responden adecuadamente a sus roles.
Paralelo a esto, posiblemente, su aporte más significativo está en la presentación de la gastronomía dominicana, la cual se pone de manifiesto dentro de un catálogo de platos autóctonos que ofrece el mejor punto de identidad dominicana y costumbrismo, cuestión que ha estado ausente en casi todos los demás filmes dominicanos.
Puedo decir que las incongruencias de su guión manifestadas por asuntos de lógica temporal y de status económico referente al propio Tubérculo, imposibilita un acabado correcto. No obstante, su narrativa fluye de manera normal por los gags visuales que adornan adecuadamente todo su discurrir.
Sin hacer exigencias inútiles a un producto que está hecho para un consumo popular, puedo subrayar que, al menos, cumple con los objetivos propuestos por su director y guionistas.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
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