Intemperie (crítica)
El guionista y director de cine español Benito Zambrano Tejero ha mantenido una filmografía definida hacia situaciones existenciales con un abordaje natural de ambientes y perfiles de personajes que revisten su visión como autor de una singular capacidad para el retrato de la fragilidad humana en varias de sus dimensiones posibles.
Así lo definió en su magnífico debut con “Solas” (1999) cuyo guion empezó a escribirlo cuando apenas era un interno en la escuela de cine de San Antonio de los Baños, Cuba. Luego ajustó su estilo en otros títulos como “Habana Blues” (2005) o en “La voz dormida”, una adaptación de la novela de Dulce Chacón.
Ahora Zambrano busca nuevamente en la literatura para someterse a otro reto y es con la adaptación de la novela de Jesús Carrasco Jaramillo, escritor español que saltó al panorama literario internacional con su primera obra, `Intemperie´ publicada en 2013.
En la novela se narra la huida de un niño a través de un país castigado por la sequía y gobernado por la violencia. Una noche, sus pasos se cruzan con los de un viejo cabrero y a partir de ese momento aprenderá a lidiar con el aprendizaje forzoso para sobrevivir al enfrentamiento con aquellos que lo persiguen.
En un ambiente árido y seductor para la pobreza infinita, este niño (Jaime López) se enfrenta a un mundo violento en el exterior, pero también violento en su propio interior, pues esto lo ha moldeado hacia un ímpetu intrínseco donde la desconfianza es su arma para resistir.
Pero el cruce con el cabrero (Luís Tosar) le enseña otras cosas importantes que le ayudan a sostener su pequeña racionalidad donde la inquina del capataz del pueblo (Luis Callejo), un alguacil administrativo de latifundio, es parte del destino que debe enfrentar sin más remedio.
Filmada como un western, en un contexto de posguerra y donde toma ciertos códigos estilísticos que sustentan al género, Zambrano toma decisiones muy puntuales para introducir a los personajes dentro de una narrativa donde el paisaje define mucho los temperamentos de cada uno de ellos.
Por esto, la cinematografía de Pau Esteve Birba (Caníbal, 2013) no rehúye a su compromiso de manejarse dentro de un contorno árido y difícil de rodar, mostrando, al mejor estilo clásico, los determinados ángulos para el paisaje, pero también para la pesadumbre que embarga a los personajes del niño y el pastor.
La partitura de Mikel Salas (Mal día para pescar, 2009), una música terrosa, parda e incolora sirve para acrecentar las inclemencias del tiempo y del espacio, moldeando en su parte sonora las actitudes de los personajes y de las acciones que realizan.
“Intemperie” es un relato agreste y polvoriento como ese sol que ha iluminado tantas otras historias del género y varias obras literarias, principalmente estadounidenses, en la que Zambrano, sin rehuir en algunos casos a los arquetipos, deja establecido su impronta de personajes y situaciones que hacen de este filme y de su autor un logro cinematográfico de importante valor artístico.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
Título original: Intemperie. Año: 2019. Género: Drama. País: España. Dirección: Benito Zambrano. Guion: Pablo Remón, Daniel Remón, Benito Zambrano (Novela: Jesús Carrasco). Elenco: Luis Tosar, Luis Callejo, Jaime López, Vicente Romero, Manolo Caro, Duración: 1 hora 43 minutos.
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