Black Adam (crítica)
SANTO DOMINGO.- Podría parecer inútil hacer una crítica a la última película de DC Studios, Black Adam protagonizada por esa criatura de pura piedra llamada Dwayne Johnson o mejor dicho “La Roca”.
Aunque este calificativo le va muy bien al actor y al personaje que encarna pues, esta vez, intenta interpretar, con la mejor convicción posible, que no importa si destruye medio planeta, su objetivo siempre será alcanzar buena taquilla y, por demás, verse bien.
No es casualidad que su interés por encontrar un traje que le encajara a su contextura física, tenga que depender de la administración del catálogo de personajes que la DC, compañía que ha tomado en cuenta a través de todos sus años de existencia como productora de historietas, que siempre hay que renovar las ofertas.
Black Adam no podía pasar desapercibido ante los ojos de Johnson, porque su audiencia le estaba exigiendo expansión de sus personajes y avanzar hacia la tendencia que los actores taquilleros han tomado muy en cuenta y es la de asumir estos roles que se pueden encontrar en los espacios del comic.
El guion escrito y reescrito por Adam Sztykiel, Rory Haines y Sohrab Noshirvani, basado en el cómic de C.C. Beck y Otto Binder, trata de ausentarse de las razones por la cuales la industria no desea modificar el modelo y la estructura que siempre han acompañado estas historias.
Pero al tratar esto, evidencia que no puede zafarse de la confusión que también tiene su competencia de no saber hacia dónde avanzar con este tipo de material donde héroes y antihéroes no logran ajustarse a la idea de encarnar a un nuevo tipo de justiciero y siempre caen en la ciega creencia que el mundo es blanco o negro, de buenos y malos.
La historia remite al encarcelamiento de Teth Adam que, después de haber sido dotado de los poderes omnipotentes de los antiguos dioses, es encarcelado con la misma rapidez. 5,000 años después es liberado de su tumba terrenal, listo para desatar su forma única de justicia en el mundo moderno.
De esta manera Black Adam no viene a pacificar un mundo que no conoce ni tampoco a impartir justicia, sólo la venganza por lo que le hicieron es su única fortaleza que le impulsa a avanzar.
Johnson se impone a sí mismo un traje de antihéroe que le queda tan ajustado que le impide sincronizar sus apetencias como actor y lograr una interpretación sin esos vicios de simpatía que le imprime a cada uno de sus personajes. Fuera de él, la interpretación más coherente es la que ofrece Pierce Brosnan como Dr. Fate, el cual simboliza el equilibrio ante tanto caos en el relato.
Con Adam no tiene esa garantía y asume actuar en consecuencia con una historia débil en su estructura y frágil en desarrollar un modelo de conexión con un público atosigado por esa avalancha de CGI que trata de resolver cada vez más todos los huecos narrativos que se perciben en estas historias.
El director Jaume Collet-Serra quien ya dirigió a Johnson en otra aventura circense titulada Jungle Cruise (2021), mueve los hilos de una estructura que se agita al vaivén de un relato de muchas vueltas y pocos motivos.
¿Black Adam puede ser divertida? Posiblemente. Pero tenga pendiente que no es más que un gran músculo al servicio de una industria devoradora de héroes y villanos.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
Título original: Black Adam. Año: 2022. Género: Fantástico. País: USA. Dirección: Jaume Collet-Serra. Guion: Adam Sztykiel, Rory Haines, Sohrab Noshirvani. Cómic: C.C. Beck, Otto Binder. Elenco: Dwayne Johnson, Sarah Shahi, Pierce Brosnan, Viola Davis, Aldis Hodge. Duración: 2 horas 5 minutos
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