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The Flash (crítica)

SANTO DOMINGO.- El universo del DC ha tenido tantos problemas como los cargos argumentales que han recorrido todo su devenir en la procura de mantener casi una constelación de personajes e historias dentro de su propia arquitrama expansiva.

La solución recurrida es la propuesta a través del capitaneo de James Gunn de reiniciar todo este universo para darle un nuevo sitio a todo su espectro narrativo. Por eso, “The Flash” puede verse como una película testamento, un último deseo que se quedará en el pasado cuando se reinicie todo pues se está despidiendo de un DC cinematográfico que verá nueva luz al margen de esta antigua manera de narrar esas vidas.

Así “The Flash” se enfrenta a verse como el último suspiro de una historia que posiblemente será contada de otra manera, con otra narrativa y surcando otras posibilidades que la conectará con otros puntos focales.

El “The Flash” que nos deja Andy Muschietti (It, 2017) con guion de Christina Hodson (Birds of Prey, 2020), es la carta de nostalgia de un mundo conocido por los millones de fanáticos de los productos de la DC, en la que se enfrenta a la posibilidad de ser una película al servicio del cameo cuando se alcanza a presentar todos esos Batman y Superman que han quedado anclados a la línea temporal de sus propias historias.

La fábula de Barry Allen (Ezra Miller) se resume en la pérdida y en la esencia misma de que el tiempo es inexorable en su devenir, pues él tiene que desafiar la lógica del universo cuando utiliza sus súper poderes para viajar en el tiempo y cambiar los acontecimientos del pasado relacionado con la muerte de su madre y traer a un Batman muy diferente al conocido o al menos a la imagen establecida en la que Michael Keaton se convierte en un colaborador emergente en esta aventura.

La amenaza instaurada tiene un fuerte componente emocional por lo cual se convierte en una excusa para justificar el accionar del personaje principal para que tenga sentido en el articulamiento de las razones de lo que él considera necesario para sus propósitos.

Al ser incapaz de vivir sin su madre, su propósito desencadena el caos multiverso tratando de recuperarla en el tiempo, pero cada vez ramifica su propia tortura encontrándose consigo mismo (como un guiño al propio McFly de Volver al Futuro) y destapando una serie de notas no conclusivas de lo que será su propio destino.

Esto puede hacerla ligera y fácilmente digerible, pero también puede ir en su contra pues la ligereza en ciertos momentos se traduce en comedia insustancial donde Muschietti trata de equilibrar estos puntos flojos con algunos pasajes de reflejo de los alcances de los poderes del protagonista.

La verdad es que en “The Flash” se trata el tiempo como un recurso del cual no se puede volver atrás sin las consecuencias que esto puede traer, posiblemente como un recordatorio de lo que esta historia es en sí misma, un relato que no se repetirá en el nuevo universo de la DC.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO

Título original: The Flash. Año: 2023. Género: Comedia. País: USA. Dirección: Andy Muschietti. Guion: Christina Hodson. Personajes: Gardner Fox, Harry Lampert. Historia: Joby Harold. Elenco: Ezra Miller, Sasha Calle, Michael Shannon, Ron Livingston, Maribel Verdú, Kiersey Clemons, Antje Traue, Michael Keaton, Ben Affleck. Duración: 2 horas 24 minutos.

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“The Flash” se trata el tiempo como un recurso del cual no se puede volver atrás sin las consecuencias que esto puede traer, posiblemente como un recordatorio de lo que esta historia es en sí misma, un relato que no se repetirá en el nuevo universo de la DC.
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Felix Lora

Felix Lora

Periodista, crítico de cine, catedrático e investigador

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