Cruella (crítica)
De todas las adaptaciones live-action que hasta el momento Disney ha desarrollado de sus clásicos animados, “Cruella” es la que más puede caer en un espectáculo que rebusca lo exageradamente estilístico presentando, en el fondo, una debilidad argumental por centrarse más en lo efectista y superficial que en ahondar en cuestiones existenciales o retóricas.
Su relato se parece más a un cuento de cenicienta frustrada convertida en una villana que se quiere vengar, -en este caso no tiene hermanastras-, pero sí la figura materna que ronda en dos sentidos simbólicos: el refugio y el abandono.
Quizás el acierto provenga de su fuerza y capacidad para evocar ese Londres de los años 70, en plena revolución del punk rock, -trabajo de fotografía de Nicolas Karakatsanis (The Drop, 2014) y la diseñadora de vestuario Jenny Beavan (Mad Max: Furia en la carretera, 2015)-, cargado de moda, estilismo y una frecuente banda sonora conformada por, entre varias canciones, “Should I Stay or Should I Go” de The Clash o “Come Together” de The Ikettes, las que tratan de evocar cierta nostalgia de época aunque no dirijan su atención dentro de la trama.
Y es aquí donde se mueve el personaje de Estela (Emma Stone) quien desea convertirse en una famosa diseñadora de modas, por lo cual tiene que lidiar con el gran ego de la Baronesa (Emma Thompson) quien no permite que nadie opaque su condición de la mejor fashionista de la industria, aunque viva de los diseños de sus contratados.
Entre la moda, la idolatría y la venganza, Estela busca acomodarse a un patrón que le permita sobrevivir a su mundo y transgredir el de la Baronesa cuando, harta de las vejaciones, da paso a la existencia de Cruella.
A partir de este momento el filme se convierte en toda una parafernalia para la moda y el histrionismo donde las dos Emma juegan sus propios papeles sincronizando las voluntades y cargando a sus personajes de perfiles muy característicos.
Sí, Cruella es una de las villanas más retorcidas y queridas de la industria fílmica animada creada por Dodie Smith para su novela infantil “101 Dálmatas” y que Disney la lanzara para la pantalla grande en 1961, dejando también espacio para que una Glenn Close se atreviera a interpretarla en esa versión de 1996 dirigida por Stephen Herek.
Al final lo que persigue la película es darle un sentido y origen a la villana Cruella aunque su propósito no sea los dálmatas, como la novela original, más bien es retratar a un personaje de venganza y sin una clara indicación más allá de las convicciones que le ofrece la historia. Pero, ojo, es divertida.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
Título original: Cruella. Año: 2021. Género: Comedia. País: USA. Dirección: Craig Gillespie. Guion: Dana Fox, Tony McNamara. Historia: Aline Brosh McKenna, Kelly Marcel, Steve Zissis. Elenco: Emma Stone, Emma Thompson, Joel Fry, Paul Walter Hauser, John McCrea. Duración: 2 horas 14 minutos
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