SANTO DOMINGO.- Una vez el maestro francés Jean Luc-Godard expresó: “El cine no es un arte que filma la vida, el cine está entre el arte y la vida”. Frase que puede llevar a cualquiera a reflexionar sobre la impronta que ha dejado tras de sí el arte cinematográfico y cómo este se relaciona con la misma naturaleza humana.

Esa apreciación del maestro sólo tiene un significado posible (o varios según las alternativas que se puedan inferir) que el cine no está muy lejos de las veleidades existenciales, de esa amargura o éxtasis de la creación humana que refleja las infinitas posibilidades de alcanzar algún nivel de actividad creativa.

Por eso, el trabajo que ha estado manifestando la pareja de realizadores compuesta por Natalia Cabral y Oriol Estrada, quienes vienen caminando juntos desde “Tú y Yo” (2014), “El sitio de los sitios” (2016) y “Miriam miente” (2018), tiene que ver con la capacidad de búsqueda y cuándo esta tiene que escudriñar, entre los espacios de creatividad, esa luz de nuevas posibilidades.

Su ejercicio práctico le ha permitido utilizar el cine, y sus propias herramientas, para reflexionar sobre su naturaleza y sus procesos de inventiva. Y esto es lo que ha logrado establecer esta pareja en su nueva ficción disfrazada de documental, un parchís cómico, con la mejor influencia del cine de Allen, Suleiman o Moretti, en la que integran su propia dinámica como realizadores cuando deciden hacer un documental sobre parejas enamoradas.

Este abordaje del tema hace que la cámara gire hacia ellos mismos para internarse en los recovecos de la producción de esa `auto mirada´ a su propio oficio, con las consecuencias inevitables de las tensiones entre su propia relación y el significado del cine.

Oriol y Natalia se auto incriminan en una historia que es capaz de dilucidar cuán complejo es la actividad de dos realizadores con un oficio retador, además tienen que lidiar con las sutilezas de la vida en pareja y, a su vez, cuando ésta es adornada por su pequeña hija Lía que revolotea por doquier simbolizando su mayor creación.

De esta manera la cotidianidad y la obligación de su proyecto fílmico se entrecruzan dejando una línea delgada que va y viene, obligando a la cámara de Nicolás Ordoñez (Ventana de tiempo, 2021) estar atento a captar la más mínima sutileza surgida entre ambos y de los personajes que entran y salen del cuadro.

Momentos como cuando Natalia le reclama a Oriol por qué deja a una niña entrevistar a una de las parejas para su documental, o los momentos de agotamiento cuando están en el automóvil reflexionando sobre su oficio y la vida.

Las indicaciones de Natalia y Oriol están dadas en la dirección de que lo importante es “la inspiración, las ganas de decir algo, de hacer algo” como diría François Truffaut, alentando a mirar al cine desde múltiples perspectivas.

 “Una película sobre parejas” es la más dulce auto complacencia de una pareja de cineastas y cinéfilos sin reparos, que miran su oficio como una gran oportunidad para hablar de esas cosas aparentemente fútiles, pero que encierran una profunda abstracción.

Una oportunidad para verse cada uno al espejo, para ver cómo los demás lo perciben, con toda la autocrítica posible, dejando espacios para el crecimiento y la voluntad de continuar haciendo cine.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO

Título original: Una película sobre parejas. Año: 2022. Género: Comedia/Drama. País: República Dominicana. Dirección: Natalia Cabral y Oriol Estrada. Guion:  Natalia Cabral, Oriol Estrada, Javier García Lerín, Aina Calleja. Elenco: Natalia Cabral, Oriol Estrada, Carlos M. Matos, José Homer Mora Acosta. Duración: 1 hora 29 minutos

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