«El que mucho abarca»… ¿poco aprieta?
SANTO DOMINGO.-El director Ronni Castillo y el guionista Daniel Aurelio, quizás una dupla que tendrá mucho éxito en el panorama cinematográfico dominicano, han vuelto a repetir la fórmula de las comedias románticas, propuesta anteriormente usada en “¿Quién manda?”
Buscan nuevamente complacer al público con un tema centrado en las veleidades de un hombre con compromisos sentimentales que, por echar una aventura, su mundo se le pone de patas arriba.
Con puntos de coincidencia con otro filme de factura criolla titulado “Quiero ser fiel” (Joe Menéndez, 2014) que provoca la situación con otro personaje con igual impulso, aunque con propósitos contrarios, el filme de Castillo se desliza por el planteamiento de la vida de Ricardo, un joven empresario que tiene una larga relación con Valentina, situación que lo coloca en un equilibrio monótono en su vida, hasta que la llegada de Dalila a la oficina lo pone en unas condiciones de riesgo con su novia.
Ricardo, azuzado por su compañero de trabajo para que la conquiste y tenga una relación amorosa, se lanza hacia una aventura que tendrá consecuencias graves en su trabajo y en su vida sentimental.
El propósito de esta comedia es empujar a su personaje central por un laberinto de situaciones flanqueado por dos mujeres que lo llevan por hasta los límites de su capacidad mental.
Luz García como Valentina y Georgina Duluc como Dalila, son dos pivotes esenciales dentro del relato pues ambas constituyen las razones para el comportamiento errático de Ricardo.
Luz García muestra poco, y cuando me refiero a poco, es que no impulsa su personaje más allá de la fuerza que podía reflejar el mismo. Por su parte Duluc se perfila como esa vampiresa que busca todo sin importar los medios a utilizar. Ella saca más ventaja por el despliegue físico que revela en la película.
El personaje de Bolívar Valera es el que enciende la mecha y el que posee los diálogos que impulsan las acciones de Ricardo que, aunque rompe su amistad, al final de la historia se reivindica y todo queda recompensado para el buen cumplimiento de la fórmula. Otros como Michael Miguel y Denisse Quiñones se muestran convencionales, dejando a Richard Douglas ser efectivo, a pesar de su poca intervención.
En el caso de Carlos Sánchez. éste logra encajar en las situaciones que mueven a su personaje logrando los beneficios de mantener el ritmo de una comedia que, con sus faltas técnicas de sonido y algunos errores de construcción narrativa, es funcional en los términos de su propuesta.
La fotografía de Peyi Guzmán trata de cuadrar las situaciones lo mejor posible para que visualmente sea fluida en su convencionalidad.
Sin inventar dentro del género, pues se va por una fórmula segura, “El que mucho abarca” sostiene una nueva corriente dentro del cinema criollo que, seguro, continuará rindiendo buenos frutos.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
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3 Comments
Yo quisiera saber porque las peliculas dominicanas no se consiguen en las paginas, una ñoñeria, cuando vemos grandes estrenos internacionales, por eso las personas ven peliculas extranjeras, el que mucho abarca ni siquiera aparece, solo la mala reseña de sus actores a excepción de carlos sanchez
Eso es una de las faltas que deben corregir los productores con relación a las producciones dominicanas, esa falta de información y promoción de sus películas.
Si esa es una gran verdad. Porque ya uno quiere ver una película de dominicano como nosotros.