Misión Imposible: Sentencia Final/2 (crítica)

SANTO DOMINGO.- Desde su génesis en 1996 hasta fortalecerse como una de las franquicias de acción más importantes del cine contemporáneo, “Misión Imposible” ha estado determinada por múltiples elementos simbólicos que han definido la serie desde su primera entrega dirigida por Brian De Palma.
Esta adaptación televisiva al cine, creada por Bruce Geller en los años 60, caracterizada por el doble juego de identidades y la paranoia institucional que siempre ha ocupado su rol central, es quizás uno de los productos más autorales dentro del cine mainstream, logrado en gran parte gracias a la figura de Tom Cruise como productor y actor, quien ha moldeado la serie a su imagen y semejanza a través de su compromiso con la autenticidad cinematográfica.
La entrega final de la saga “Misión: Imposible, Sentencia Final”, dirigida por Christopher McQuarrie, constituye el cierre definitivo de un ciclo narrativo que ha evolucionado y redefinido los límites del cine de acción a través de un relato que conjuga elementos de espionaje clásico, tecnología distópica y una meditación final sobre la identidad y la lealtad.
Ethan Hunt, encarnado por Tom Cruise, se enfrenta a su última misión contra una peligrosa inteligencia artificial llamada “La Entidad” en un conflicto que trasciende el plano físico para adentrarse en dilemas morales y éticos los cuales afectan las acciones y decisiones de este espía.
Desde el punto de vista estructural, “Sentencia Final” ofrece una construcción que entrelaza secuencias de acción de alto nivel con momentos de reflexión personal. Aquí toda la narrativa retoma el equilibrio entre la acción y la emoción, característico de McQuarrie en sus entregas anteriores (Rogue Nation, 2015; Fallout, 2018), pero se permite una mayor integración gracias a su enfoque de guion colaborativo con Cruise construido con una cohesión narrativa que se distancia del modelo episódico inicial.
Las relaciones entre los personajes, especialmente entre Ethan y Grace (Hayley Atwell), evolucionan desde la desconfianza hasta una complicidad que va más allá de los límites que ellos se permiten, lo cual refuerza la idea de la familia elegida en un mundo de simulacros donde la inteligencia artificial puede manipular y distorsionar la realidad circundante.
Considero que en este episodio el conflicto con una IA omnisciente puede verse no como un comentario sobre la tecnología contemporánea, sino una reflexión meta cinematográfica sobre el papel del cine mismo en la era digital, donde ese acto de improvisar, de actuar desde las propias convicciones humanas como lo hace Ethan, se convierte en un acto de resistencia artística apoyada con secuencias de acción hiperrealistas filmadas bajo el sello de Cruise y dentro de una progresión narrativa que no sacrifica la coherencia ni el desarrollo temático.
Aunque no está exenta de ciertas debilidades narrativas y formales que limitan en parte su impacto como cierre definitivo, esta historia está anclada a la dependencia de lo verbal para explicar las amenazas tecnológicas y los giros del argumento, interrumpiendo el ritmo de la acción por diálogos explicativos que, si bien necesarios dada la complejidad del enemigo, ralentizan la progresión dramática.
Asimismo, el arco de ciertos personajes secundarios, como Luther Stickell (Ving Rhames) y Benji Dunn (Simon Pegg), aunque entrañables por su legado dentro de la franquicia, queda algo relegado frente al protagonismo absoluto de Ethan Hunt y Grace. Esto produce un desequilibrio en el reparto coral que ha sido característico de la serie, sobre todo desde “Ghost Protocol” (2011).
Aunque esta última entrega logra emocionar y cerrar muchas líneas argumentales, no escapa del riesgo de caer en ciertos clichés del cine de franquicia donde el espectáculo visual, por momentos, amenaza con eclipsar el factor emocional de los personajes. Además, algunas resoluciones se sienten apresuradas o insuficientemente desarrolladas como es el caso del destino de algunos antagonistas secundarios.
“Misión: Imposible, Sentencia Final” no solo cierra una saga, sino que la consagra como una de las más consistentes y ambiciosas del cine moderno. Ethan Hunt, figura trágica y heroica, se despide no con un estallido final, sino con un acto de entrega silenciosa, una carta de despedida que resume sus propios valores: el sacrificio, la confianza y la resistencia frente a lo inevitable.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
Título original: Mission Impossible – The Final Reckoning. Año: 2025. Género: Drama/Acción. País: USA. Dirección: Christopher McQuarrie. Guion: Christopher McQuarrie, Bruce Geller, Erik Jendresen. Elenco: Tom Cruise, Hayley Atwell, Simon Pegg, Esai Morales. Duración: 2 horas 49 minutos
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