La Sirenita (crítica)
SANTO DOMINGO.-Si la versión Live-Action que hoy ofrece Disney del cuento clásico de Hans Christian Andersen no ha funcionado, no se debe a la controversia que generó la elección de la actriz y cantante Halle Bailey quien ofrece una nueva significación racial de este personaje, más bien se ha tratado de la resolución de un musical que se deprime por la falta de gracia en sus componentes formales y en la simplicidad del mecanismo que toda aventura tiene que poseer para conectar con el público.
Por más que “La sirenita” intente unificar lo nuevo con lo que ya el público sabe de esta historia, trayendo al campo (o ¿será al fondo del mar?) algunas nuevas canciones de la cual es responsabilidad de Lin-Manuel Miranda, todo lo que se puede percibir es como una plastilina mal moldeada.
Si Ariel, la más joven de las hijas del Rey Tritón y la más desafiante, la quieren acercar a una nueva audiencia, su camino en esta nueva conversión se traza de una manera limitada que sólo apunta a la naturaleza de su capricho y no a las esferas sociales donde ella es parte.
Esto es sólo compensable por la mirada más amplia en la personalidad del príncipe Eric (Jonah Hauer-King), un joven adoptado por una reina negra de las islas del Caribe, pero nuevamente en esta ocasión volvemos a la misma mirada que Hollywood posee de este entorno caribeño que solo lo representa como un mercado de frutas exóticas, cocoteros y música Calypso.
Además, el problema, como ya expresamos, no es la escogencia de Bailey, una joven que encuentra los matices adecuados en su interpretación musical, más bien está también en las criaturas en CGI que, al intentar ser realistas, parecen un dibujo mal esbozado que no ofrece las características y la gracia que ofrecía la versión animada de John Musker y Ron Clements en 1989.
En esta ocasión, aunque los actores, envueltos en trajes verdes para su resolución en postproducción, como la versión de Úrsula que Melissa McCarthy logra sacar adelante, o la de Javier Bardem como Tritón, quien se limita a rezongar la actitud de Ariel, no son compensados precisamente por los efectos que, -para sus desgracias-, consumen sus propias actuaciones.
Otro detalle es la duración (2 horas 15 minutos) que posee esta nueva versión que no se justifica, aunque se haya tratado de extender la historia de Eric, el príncipe, los nuevos personajes se hacen vacíos, las canciones no poseen el mismo colorido que el animado y donde todo parece como una tonta excusa para llenar minutos.
Si recordamos las experimentaciones que ha realizado Disney con respecto a los remakes en acción real como “El libro de la selva” (Jon Favreau, 2016), “El rey león” (Jon Favreau, 2019) o “La bella y la bestia” (Bill Condon, 2017), puedo declarar que esta nueva versión carece de mucha menos expresividad y emoción que estas anteriores.
A pesar de que el director Rob Marshall, quien es un experimentado dentro del campo del musical con “Chicago” (2002), “Into the Woods (2014) o “Nine” (2009), esta vez no trae ninguna visión nueva a la historia, dejando muchas cosas, tristemente, en ese mismo fondo del mar.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
Título original: The Little Mermaid. Año: 2023. Género: Fantasía. País: USA. Dirección: Rob Marshall. Guion: Jane Goldman, David Magee, Ron Clements, John Musker. Cuento: Hans Christian Andersen. Elenco: Halle Bailey, Melissa McCarthy, Javier Bardem, Jonah Hauer-King, Daveed Diggs, Jacob Tremblay, Awkwafina. Duración: 2 horas 15 minutos
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