«El encuentro», corazón partío
SANTO DOMINGO.- La carrera del realizador dominicano Alfonso Rodríguez ha estado matizada por su convicción de no encasillarse en ningún género cinematográfico, más bien su objetivo es abordar los más disímiles temas en procura del impacto comercial que pueden generar sus productos.
La comedia, el drama y el fantástico han sido los géneros que han pasado por sus manos sin que estos constituyan un referencial, pero sí una nota particular dentro del ensayo del cinema dominicano. Tanto en cine como en televisión ha desarrollado una prolífica carrera audiovisual que lo coloca como el realizador que más ha producido en ambas áreas.
Independiente de los fracasos fílmicos, este cineasta busca establecer una marca en el cine criollo que, sin aparente estilo personal, lo ubique como un profesional incansable dentro de los bemoles de este oficio.
Quizás desde “Yuniol” (2007), Rodríguez no había planteado un filme con cierta soltura para enfocar su interés en contar un relato sin complicaciones y adaptado a la comprensión de un público que no busca giros extraños ni profundidad existencial en sus personajes.
“El encuentro” está diseñada para ser comprendida inmediatamente inician sus créditos. Una primera escena establece la boda de una pareja de jóvenes enamorados que traza una trayectoria directa hacia los designios que la misma tendrá más adelante.
Amanda y José tratan de ubicarse en sus nuevas vidas y afianzar su relación hasta que Amanda sufre un terrible accidente automovilístico y muere.
Entonces, la segunda parte de la película gira hacia la posible convicción de José de que la nueva joven que él ha conocido, tenga el corazón donado de su antigua esposa.
De repente su situación cambia ante tal cavilación y todo el recorrido del filme, a partir de este pensamiento, va enfocado en buscar las debidas respuestas.
Todo este contexto narrativo es apoyado por un grupo de actores que el propio director entrenó para tal ocasión, encabezado por Josua Wagner, Alejandra Alemany y Massiel Taveras. Por esto, quizás, Rodríguez adaptó una historia que pudiera ser asumida por un elenco que obtiene su primera participación en un filme dominicano.
Esto sería la justificación para descubrir que el relato posee los clichés ya manejados en otros filmes y que el nivel de actuación pudiera haber estado en un mayor proceso histriónico, con diálogos mejor construidos y que fluyeran en superiores condiciones.
Con algunas aproximaciones a cintas de director Mark Waters como “Ghosts of Girlfriends Past” (2009) o “Just Like Heaven” (2005), “El encuentro” prosigue su ruta hacia lo definido desde el principio, la que establece un final feliz encasillado por los rigores comerciales de este tipo de filmes.
Lo loable de Alfonso es el riesgo que se ha tomado para mostrar sangre nueva en la parte actoral, un proceso que debe ser enriquecido por otros realizadores para ir desarrollando el panorama del cine local.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
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