«Cinderelo», ni lindo ni feo
SANTO DOMINGO.- “Cinderelo” va por el método del reciclaje en el cine, cuestión que no es nueva, pero que, en el contexto dominicano, una cinematografía que aún no alcanza identidad propia y que necesita explorar cada vez más nuevos temas, se puede notar como una falta de interés de profundizar en la calidad de los temas de las comedias criollas.
Expreso esto porque “Cinderelo” es un “remake” de la comedia “Feo de día, lindo de noche” (2012), protagonizada por Fausto Mata y Frank Perozo, una idea poco conveniente para reacondicionarla con la presencia, en esta ocasión, de William Levy y Miguel Rodarte.
Pero lo de “remake” es un eufemismo puesto que de aquella solo toma la idea de la transformación mágica y se decanta por otros vericuetos que intenta refrescar la cara de una comedia mecánica y desprovista de jocosidad.
Es la historia de Marlon, un fotógrafo con una habilidad para resaltar la belleza interior de los demás, pero carente de esa cierta belleza masculina que pueda atraer a las mujeres a excepción de su asistente María, que puede verlo por lo que realmente es.
Inesperadamente tiene un encuentro con un misterioso hombre que le hace un hechizo transformándolo en un hombre irresistible llamado Brando, pero como toda regla tiene su excepción, ese encanto sólo le dura hasta la medianoche.
Con este planteamiento, que podría ser a su favor, se desarrolla un relato que persigue mostrar sugerencias de comedia de fórmula, pero que se queda todo a media talla. Sólo esa presencia de Joaquín Cosio con ciertos momentos memorables como la escena del canto en el bar con un despliegue de bailarinas, en franco homenaje a los musicales y la frescura que destila en la pantalla Stephany Liriano, hacen más aguantable este filme.
El trabajo del director mexicano Beto Gómez (Salvando al soldado Pérez, 2011) es sacar una comedia a flote reproduciendo los puntos de un manual que no llega a solidificarla para beneficio de los espectadores.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
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