Cien Años de Soledad (crítica)
SANTO DOMINGO.- La adaptación de “Cien Años de Soledad” presentada en la plataforma de Netflix en una primera temporada que consta de ocho episodios, ha sido un proyecto ambicioso que busca trasladar la complejidad y riqueza de la novela de Gabriel García Márquez al formato cinematográfico.
Publicada en 1967 la novela es considerada una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal, así como una de las obras más traducidas y leídas en español e incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX por varios periódicos como El Mundo o el diario francés Le Monde.
Antes de su fallecimiento en 2014, el ganador del Premio Nobel había rechazado la venta de los derechos de la novela, pues no creía que el tiempo de una película fuera suficiente para una adaptación.
Ahora, con el apoyo de sus hijos, la historia de la familia Buendía contada a lo largo de siete generaciones en el pueblo ficticio de Macondo, Colombia, cobra vida en el lenguaje cinematográfico por primera vez con la dirección de Laura Mora, guionista colombiana reconocida por su largometraje de 2017 “Matar a Jesús”, por Alex García López, escritor y compositor argentino conocido por sus trabajos en series y películas como “Utopía” (2013) o “Misfits” (2009), y también de propio hijo del Gabo, Rodrigo García, quien ha dirigido películas como “Things You Can Tell Just by Looking at Her” (2000) y “Mother and Child” (2010).
No obstante, sé que el debate sobre las adaptaciones literarias al cine lleva a cuestionar el mayor rango que se le suele otorgar a la literatura frente al cine. Ambos son medios de expresión y hay que considerar que el cine prolonga, con un lenguaje propio, esa tradición narrativa pues las adaptaciones ofrecen resultados diversos y, por tanto, no se puede acusar de aprovechamiento comercial al prestigio que pueda tener la obra literaria.
En este proceso, los elementos que se toman en consideración para una buena o adecuada adaptación es contextualizar el significado de las acciones, condensar los eventos, tiempos y personajes, elegir un punto de vista y aprovechar los recursos que ofrece el propio lenguaje cinematográfico.
Entonces, ¿la adaptación de Cien Años de Soledad cumple con estas consideraciones? Pues sí. La condensación de los eventos en términos descriptivos cumple con esto. Aunque estaba bien justificado el argumento del Gabo con respecto a esa misma condensación que no podía ser reducida a dos o tres horas del tiempo cinematográfico que puede ofrecer una película como obra unitaria. Pero el formato en serie puede permitir esquivar estas limitaciones y ofrecer un producto que cumpla, en los requisitos narrativos, lo que la novela ofrece en su formato original.
Se sabe que hay obras literarias de algunos autores que pueden ser adaptadas y otras no, -como los casos de autores como Proust o Joyce los cuales son infilmables-, pero en el caso de esta obra latinoamericana, su potencial está en cada página a pesar del vigor que ofrece la palabra escrita frente a lo creíble en términos de la imagen.
Por eso, la adaptación de “Cien Años de Soledad” se hace realidad bajo el formato televisivo, pues no es la primera vez que una obra del escritor colombiano es llevada al cine o televisión como han sido los casos de “Crónica de una muerte anunciada” (Francesco Rosi, 1987), “Un señor muy viejo con alas enormes” (Fernando Birri,1988), “El coronel no tiene quien le escriba” (Arturo Ripstein,1999), “El amor en los tiempos del cólera” (Mike Newell, 2007) y “Los amores difíciles” (adaptada a la televisión en 1988 por TVE) o “Me alquilo para soñar” (también por TVE en 1991).
Ahora Macondo deja de ser una ficción literaria para convertirse en un amasijo de casas, parque, cementerio, iglesia, ciénaga, que se construye de forma visual con todo el riesgo que esto tiene pues la imagen que produjo el poder de las palabras en la lectura de la novela, no necesariamente debe coincidir con el imaginario que cada quien posee de esta aldea.
Frente a todo este riesgo la adaptación trata de capturar la atmósfera onírica y los paisajes exuberantes de Macondo, creando una experiencia visual que complementa la narrativa, poniendo atención al detalle en la recreación de los escenarios y la utilización de efectos visuales sutiles que pueda representar el realismo mágico característico de la obra.
La dirección de Mora y García López se enfoca en mantener la integridad de la historia original, respetando la complejidad de los personajes y las tramas entrelazadas de la familia Buendía, y la presencia de lo mágico en la cotidianidad familiar. Sin embargo, esto lleva a sostener una narrativa que, por momentos, se siente aprisionada evitando ser más libre y flexible.
Un elenco de actores y actrices colombianos (un requerimiento sine qua non para realizar la serie) trata de aportar la variedad de personajes que compone la historia matizando las emociones intensas, los conflictos internos y la conexión con el realismo mágico que define la obra. En el caso de los actores Claudio Cataño (José Arcadio Buendía joven) y Diego Vásquez (José Arcadio Buendía adulto) se empeñan en transmitir la transformación del patriarca de la familia, desde su ambición inicial hasta su eventual descenso a la obsesión y la locura.
Otra actuación a destacar es la de la actriz Marleyda Soto en la interpretación de Úrsula Iguarán adulta quien imprime en su trabajo una fortaleza imponente que equilibra la ternura y la severidad, convirtiéndola en el corazón emocional de la familia Buendía.
La utilización de la voz de un narrador puede ir en favor y en contra. Por un lado, le imprime un nivel narrativo de descripción para que la audiencia vaya entendiendo los momentos claves de la historia, pero suena a un texto recitado de la novela que subraya la incapacidad de la adaptación para trasladar el espíritu de la obra a la pantalla.
Por eso, estos desafíos significativos en la recreación de los pasajes de la novela, la representación de su simbolismo y realismo mágico, el matiz político de la guerra entre los conservadores y liberales y la reproducción de Macondo, son aspectos que quedan flotando en el ambiente del análisis.
No obstante, reconozco que es un esfuerzo loable que ofrece una representación visual atractiva de la novela de García Márquez a pesar de las limitaciones inherentes a la adaptación de una obra literaria la cual se podrían solucionar en su segunda temporada. También examino que la serie sirve como una puerta de entrada para nuevos públicos al universo de García Márquez, aunque quizás no sustituya la experiencia de leer la novela original.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
Título original: Cien Años de Soledad. Año: 2024. Género: Drama. País: Colombia. Dirección: Rodrigo García, Alex García López, Laura Mora Ortega. Guion: José Rivera, Maria Camila Arias, Camila Bruges, Albatros González, Natalia Santa. Novela: Gabriel García Márquez. Elenco: Diego Vásquez, Marleyda Soto, Claudio Cataño, Moreno Borja. Duración: 8 horas (8 episodios)
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