«Todo Incluido», menos el talento
SANTO DOMINGO.- Tengo que admitir que he sufrido mucho este cine criollo nuestro. Cuando noto un atisbo de creatividad, inmediatamente, viene un producto que echa cualquier esperanza por el suelo. Y es dentro del campo de la comedia donde se ha notado mucho los errores a pesar de la gran cantidad de producciones que se han realizado.
“Todo Incluido”, aunque es parte de ese proceso productivo, es penoso ver cómo se gastan noventa y cinco minutos en una historia que define poco o nada de lo que somos y más aún, se convierte en un relato que escasamente importa lo que cuente.
Lo que tengo que admitir es que Roberto Ángel Salcedo ha aprovechado al máximo las bondades de la ley de cine y se ha empeñado en producir dos comedias por año, cuestión que rebasa toda disponibilidad de cualquier realizador local que desee madurar adecuadamente un proyecto cinematográfico para brindarle al público un producto de calidad.
Al parecer, esto último, no interesa dentro de sus aspiraciones, y ofrece un filme de comedia cuyo interés es indicarle al público que no importa las imperfecciones estructurales que tenga, lo sustancial es “darle al público lo que quiere”.
En esta sexta producción que asume como director, Roberto Ángel deja caer una historia que se centra en un grupo de vendedores, de una compañía de seguros, que realiza una convención de ventas en un resort, pero una serie de problemas familiares acompañan a cada uno haciendo de su estadía un revoltillo de situaciones.
De esta manera Roberto intuye que es más fácil producir una historia que provoque la risa, al cualquier precio, que resolver las incoherencias que se muestran en el camino.
Un guión forzado con el único objetivo de mover a los personajes por un recorrido donde nadie se salva de tan mal hilvanado argumento, es lo que se presenta en esta producción fílmica.
La comedia posee códigos claros en su estructura que están dadas por la misma narrativa fílmica y por la naturaleza del género; pero esta película rompe toda posibilidad de manejarse dentro de las reglas establecidas.
Seguir haciendo un análisis más detallado de este filme es no llegar a parte alguna, pues las pistas se me perdieron desde el principio.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
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Uno de los grandes misterios actuales de la República Dominicana es el éxito taquillero de las películas dirigidas por Roberto Ángel Salcedo. Y digo misterio porque amigos, familiares, personas conocidas y no conocidas comentan la baja calidad de estas producciones y sin embargo el informe publicado por DGCINE indica que «Vamos De Robo» y «Profe Por Accidente» fueron las películas más taquilleras en sus respectivos años, superando incluso las producciones internacionales. Entonces aquí viene el misterio ¿Cuáles es ese público que aporta o apoya esto?
No es un secreto la gran campaña de publicidad en estas producciones con grandes vallas en toda la ciudad, en las diferentes carreteras o autopistas e incluso vallas en varias provincias del país. También están los avances (trailers) que circulan por la televisión y además pequeños carteles (posters) colocados en colmados y negocios de esos barrios populares. Toda esta publicidad comienza hasta dos o tres meses antes del estreno de la película. Creo que la respuesta a ese misterio está por ahí, en ese público de los pueblos y de los barrios que le llega esa publicidad. Creo yooo.
Pero yo digo que ya este tipo de películas (comedias malas, estúpidas y absurdas) deben de parar, deben de parar ya…y para eso nosotros mismo tenemos ese poder. Cuando una de sus ‘películas’ no cumpla con su propósito en las taquillas, entonces Robertico se va a sentar, va a reflexionar un poco y se va a dedicar a realizar un producto mejor.
Archie Lopez también hace 2 por año ahora… los dos ruedan sin guión, solo con un boceto, es improvisado el resto.
El publico manda, y quieren esto: si hay que hacer mejor cine, es mejor buscar el público en otros sitios