Sol en el agua (crítica)
Francisco Adolfo Valdez, al parecer, tiene la convicción de proponer una filmografía propia sin tener las ataduras de la comercialidad cotidiana que arropa a las producciones fílmicas dominicanas. Su interés está en caminar por lo angosto, lo apretado, lo ceñido sin que esto afecte la calidad de las propuestas que se pueden hacer dentro del contexto fílmico local.
Desde que hiciera su carta de presentación con “De pez en cuando” (2014) se determinó a transitar por unos parámetros donde las explicaciones existenciales de su personaje o personajes principales sean la base argumental de sus historias.
Si “De pez en cuando” habla sobre las casualidades de la vida y cómo esto afecta el estrato emocional de un personaje que busca explicaciones a los azares de su existencia, en “Amigo D” (2018) se va al fondo de varios personajes en la cual intenta hacer un filme con cierta profundidad reflexiva a través de diálogos con tintes filosóficos.
En “Sol en el agua”, su actual propuesta, su interés es aún mayor al adentrarse en la vida de Sol quien corre desesperada por una carretera desolada, manchada de sangre en medio de la oscuridad de la noche.
Esta primera pista es la que desencadena un juego de piezas sueltas que Sol (Camila Santana) tiene que armar como una paciente amnésica en un aciago hospital, en la que un misterioso personaje (Josué Guerrero) intenta encontrar sus memorias perdidas y recuperar su identidad.
Valdez, aunque ha mejorado en la construcción de la puesta en escena de sus películas, el subrayado en los diálogos todavía sigue siendo un asunto a resolver. En este thriller psicológico es una apuesta arriesgada que intenta resolver sobre la marcha construyendo capas argumentales a través de los diálogos en la que su personaje principal expresa lo que siente en su interior.
Y es sobre esta marcha que busca muchos intentos al plantear distintos planos dramáticos por la cual somete a su personaje principal, confundiendo la realidad con lo onírico y dejando caer muchos elementos de distorsión de esa propia realidad a la cual está sometida.
Valdez no ambiciona inventar nada, pues las referencias fluyen a raudales al momento de buscar diferencias y similitudes con otros filmes. Se me ocurre plantear, por ejemplo, aproximación con “Shutter Island” (Scorsese, 2010) en cuanto a la atmósfera y preocupación del personaje principal. No obstante, esto no la descalifica pues es un intento válido en el espectro local.
La actriz Camila Santana, casi musa de Valdez, lleva un papel angustioso sobre sus hombros que la pone a un nivel más alto en su carrera, pues tanto el género como las características de su personaje, la obliga a poner más desempeño actoral, logrando un resultado admitido dentro de su experiencia en el cine.
Este filme abre más puertas dentro de las propuestas fílmicas criollas y debe verse como un ejemplo de demostrar oficio cinematográfico, lo cual es muy importante para cualquier realizador o realizadora.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO
Título original: Sol en el Agua. Año: 2021. Género: Drama/Thriller psicológico. País: República Dominicana. Dirección: Francisco Valdez. Guion: Francisco Valdez. Elenco: Camila Santana, Frank Perozo, Josué Guerrero, Stephany Liriano, María del Mar Pérez, Judith Rodríguez, Alejandro Durán, Roger Wasserman, Amaury Pérez. Duración: 1 hora 30 minutos
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