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Retrato de una mujer en llamas (crítica)

En la Francia de 1770 una pintora de nombre Marianne (Noémie Merlant) recibe un encargo que consiste en realizar el retrato de bodas de Héloïse (Adèle Haenel), una joven que acaba de dejar el convento y que tiene serias dudas respecto a su próximo matrimonio.

El encargo de Marianne no es tan sencillo como puede parecer, pues tiene que retratarla sin su conocimiento, obligándola a agudizar el sentido de la observación, tratando de internarse más allá de su rostro y penetrar en el interior de su alma.

No obstante, el constante estudio hacia Héloïse hace que ella misma descubra otras aristas ocultas que la hacen internarse en un viaje en la que decide abrir todas las puertas posibles hacia el descubrimiento de la personalidad de esta enigmática mujer y su sexualidad.

Céline Sciamma (Tomboy, 2011) se considera a sí misma como minimalista, formalista e idiosincrática caracterizando la puesta en escena de sus películas como elegante y con el uso de la menor cantidad de diálogos posibles.
“Retrato de una mujer en llamas” no rehúye a su propio formalismo para establecer esa puesta en escena condicionada por la posición de la cámara, el suave movimiento de los actores y el cuadro dramático en que se mueven sus protagonistas.

La directora Sciamma, inteligentemente, plantea dos misiones importantes, la que debe realizar Marianne en la historia y la que tiene que realizar ella misma como realizadora, pues ofrece al público la oportunidad de ver también el proceso de construcción de los propios personajes a través de su lienzo fílmico que motiva al espectador a contemplar la creación de una obra que se construye pulso a pulso.

El filme también permite revelar otros temas que subyacen dentro de su propio discurso. Marianne llega vía marítima a esa localidad en la que casi pierde, en el agua, sus instrumentos de trabajo ante la mirada indiferente de los hombres que la acompañan en el bote, marcando una relación distante con lo masculino.

Y esta noción también se manifiesta en la posición al matrimonio que tiene Héloïse surgido de los temores de la monopolización del pensamiento del macho en la sociedad francesa de la época, o la situación de aborto en el personaje de la sirvienta.

Todo esto posibilita declararse otras ventajas hacia el develamiento sexual fruto de esa mirada interna, sin morbo y sin padecimiento. Ocultas ante la mirada masculina, pero abierta de par en par hacia la reafirmación de lo femenino.
Félix Manuel Lora/CINEMA DOMINICANO

Título original: Portrait de la jeune fille en feu. Año: 2019. Género: Drama. País: Francia. Dirección: Céline Sciamma. Guion: Céline Sciamma. Elenco: Noémie Merlant, Adèle Haenel, Luàna Bajrami, Valeria Golino, Christel Baras. Duración: 2 horas.

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Felix Lora

Felix Lora

Periodista, crítico de cine, catedrático e investigador

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